miércoles, octubre 25, 2006

Yo en el planeta de los Iwoks

Antes de continuar con mis peripecias, comentaros que voy a cambiar el blog. La forma de trabajar con el blog hace que se muy difícil de mantener. A partir de ahora, dejaré sólo texto en el blog y pondré enlaces a páginas que tendrán las fotos con tamaños más normales. De estas forma se podrá visualizar más rápido. También comentaré todas la fotos que pueda para que cobren sentido. Dicho esto:

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Este finde ha estado muy bien. El viernes estuve en el Crocodile cafe. Como siempre hasta ahora, no decepcionó. Por 10$ (8€ o menos) tres conciertos. Me gustó especialmente un tal Adem, que es un británico que tiene ya dos discos y me recuerda a Radio Head. Fue un unplugged total, vamos, que estaba él sólo y su guitarra. El colega muy ecléptico, tocando canciones con tres campanas de juguete en cada mano. Lo compensaba todo cantando de PM. Se atrevió con la canción Unravel de Björk y cantar algo de Björk tiene mérito. Además lo hizo con un ukelele y le quedó impresionante (y eso que no me suelen gustar las versiones). Todo un artista. A mis compañeros no les gustó (...en fin...). También estuvo una mejicana que tocaba con samplers y me gustó menos y el primero era un grupo del que sólo llegamos a los 30 últimos segundos y tenía muy buena pinta.

El sábado al planeta de los Iwoks, o lo que es lo mismo, a Vancouver (Canadá) pasando el finde. Para ser breve, ¿qué se puede decir de Vancouver? La ciudad no es especialmente bonita y no tiene muchas cosas que ver. De hecho, creo que hay más cosas que ver en Toledo que en todo el estado de Washington y British Columbia juntos. La ciudad tiene el centro típico como en Seattle, lleno de oficinas, hoteles y tiendas, grandes almacenes, ... Fuera, los habitantes. Lo único que da algo de color a la ciudad es el barrio chino y no mucho. Después de decir esto, ME ENCANTARÍA VIVIR EN VANCOUVER. Sinceramente, no sé que es lo que tiene que la hace especial:
- La gente está en la callé aunque haga un frío del carajo. La gente está en las terrazas y paseando.
- Estás en un burger y al lado una chica estudiando. En las cafeterías, la gente con un libro, leyendo el periódico, y una pareja de lesbianas demostrando lo mucho que se quieren. Todo tan normal, nada escandaloso. Una pareja de polis gordos esperando la correspondiente cola (todos en fila india) para pedir su café. Nosotros estuvimos mucho tiempo, y ellos estuvieron mucho más tiempo (nos fuimos y ellos se quedaron) en la terraza además. Daba la sensación de que estaban porque tenían que estar, no porque hicicesen falta.
- En una plaza, gente pintando, una mujer (delgada) vendiendo perritos, gente joven afinando un cello y otros instrumentos, más gente leyendo. Una ciudad un tanto utópica, salvo por los vagabundos que también hay unos pocos.
- Conducen como los europeos (vamos que casi se chocó uno conmigo -me pidió disculpas-). Y no son tan exageramente educados como son los americanos. Una chica empujó a uno y le tiró la copa encima. La chica, muy educada, NO le pidió disculpas. El chico empezó a sacudirse todo lo que le había tirado sobre ella. Eso en Seattle no ocurre.
- También reseñable la cantidad de asiáticos. En Seattle hay un montón, pero muy poquitos comoparados con los de Vancouver.
- Tras todo esto, ¿nada más? Sí algo más, todos mis amigos (porque yo no me fijo en esas cosas) coincidimos (digo, coincidieron) en lo mismo: la ciudad con mayor proporción de tías buenas del universo conocido. No sabemos si se debe a que venimos de USA, en donde es francamente difícil ver una chica medianamente guapa. A un compañero le dijeron algo dos chicas y nosotros le preguntábamos que cuástas veces se habían dirigido de esa forma chicas como esas. Increible. Como la genética es así, pues obviamente lo mismo se puede decir de los chicos. Hasta a mí me gustaban (se conoce que la "soledad" ya hace mella como en las cárceles jejeje). Hasta las asiáticas son distintas a las asiáticas de aquí. Además nada de gordos tan exagerados como aquí en Seattle.
- Creo que es una ciudad de más dinero y más cara. Aquí se ven coches increible, pero nada comparado con lo que vimos en el centro de Seattle. Rolls, Bugatti, Maseratti, ...

Creo que es el ambiente que se respira lo mejor de la ciudad. Muy europea. Ir a Vancouver después de estar aquí dos meses casi, es como abrir la ventana y respirar. Es algo muy difícil de describir.

Después vino la marcha o como se quiera llamar a ir a un irlandés y estar 5 horas quieto con una copa en la mano. Eso no es copa de Vancouver, sino de quién decide aburrirse un sábado por la noche. (Yo es que si no bailo...)

Al día siguiente, gano Alonso el mundial (no creo que le ayude como cura de humildad) y el Madrid jejeje. Y para celebrarlo fuimos al parque Standley. Es enorme, y extraordinariamente cuidado. Mucho bosque y playa. Una niebla acojonante se levanta del Pacífico. Por cierto, la noche de Vancouver es fantasmagórica. Grandes rascacielos con la parte superior envuelta en niebla. A mi me recordaba un poco a Gotham (faltaba BatMan).

Finalmente, fuimos al planeta de los Iwoks. Es decir, a ver el puente en suspensión de Capilano (26$ canadienses, vamos... un rabazo -agradable eso sí-). Es un puente muy alto que se mueve demasiado. No da miedo porque parece muy seguro, pero a un compañero casi le tuvimos que atender blanco como la leche. Eso lleva a un bosque tremendo con plataformas suspendidas como en el planeta de los Iwoks y conectadas por pasarelas. Lo mejor de Vancouver con diferencia. Pero muy poco tiempo como para valorar mejor la ciudad. Estoy seguro que repetiremos.

Como diría Luis (curro), un saludrink!

Os pongo enlaces para que veáis miles de fotos (íbamos con cuatro cámaras). Muchas de ellas repetidas y he filtrado algunas de ellas. También he solucionado el que yo aparezco en muchas fotos. Perdonad la cercanía a la cámara:
Frontera de Canadá
Stanley Park
Vancouver: fotos de la ciudad
Barrio chino de Vancouver

Y finalmente, el planeta de los Iwoks:
Capilano Suspension Bridge

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